Cómo usar lecturas para tener conversaciones relevantes en eventos

¿Alguna vez has estado en un evento, rodeado de personas interesantes, y de pronto te quedaste sin saber qué decir?
Ese silencio incómodo puede parecer eterno y, muchas veces, significa perder una oportunidad valiosa de crear una conexión.

La verdad es que, en la mayoría de los casos, no se trata de falta de confianza, sino de falta de temas preparados. Y ahí es donde las lecturas se convierten en tu mejor aliado.

Un buen libro, un artículo reciente o incluso una noticia especializada puede darte ideas frescas y actuales para romper el hielo. En lugar de quedarte con el típico “¿A qué te dedicas?”, puedes aportar una perspectiva diferente, mostrar curiosidad genuina y proyectar una imagen de profesional actualizado.

Además, cuando compartes una idea interesante que has leído, no solo demuestras cultura general, sino que también transmites credibilidad, apertura intelectual y disposición para aprender. Eso genera una impresión positiva inmediata y aumenta la probabilidad de que las personas quieran seguir conversando contigo.

👉 En este artículo descubrirás cómo transformar tus lecturas en herramientas prácticas para iniciar diálogos, mantener conversaciones relevantes y dejar una huella memorable en cualquier evento profesional.

Cómo elegir lecturas útiles antes de un evento

Selecciona libros y artículos relacionados con tu sector

No se trata de leer decenas de libros o devorar bibliotecas enteras antes de cada evento.
La clave está en elegir de forma estratégica uno o dos materiales que realmente puedan aportarte valor.

Piensa en lo siguiente: ¿qué temas estarán sobre la mesa en ese evento?
Si vas a un congreso de marketing digital, por ejemplo, un libro sobre inteligencia artificial aplicada a la publicidad o un artículo sobre tendencias de consumo digital en México pueden darte una ventaja enorme.
De esta manera, tendrás en tu mente ideas concretas que conectan directamente con lo que la mayoría de los asistentes estarán comentando.

Recuerda que lo importante no es la cantidad de lecturas, sino la calidad y la relevancia que estas tienen en relación con el contexto del evento. Un buen título puede convertirse en la chispa de múltiples conversaciones significativas.

Identifica autores o tendencias mencionadas en el evento

Otro truco poderoso es revisar con anticipación la lista de conferencistas, ponentes o incluso los temas que serán tratados en el programa oficial.
Si descubres que un autor reconocido estará presente, leer su libro más reciente o al menos un artículo suyo te permitirá iniciar una conversación desde un terreno común.

Por ejemplo: si una experta en sostenibilidad empresarial dará una charla, leer una entrevista o un paper suyo te permitirá acercarte y decir:
“Leí tu artículo sobre innovación verde y me pareció fascinante la idea de aplicar la circularidad en pymes. ¿Podrías contarme un poco más de cómo ves su aplicación en México?”.

Este tipo de preparación te da seguridad y te diferencia del resto de asistentes que llegan sin haber investigado nada.

Mantente al día con las tendencias actuales

Además de los autores, estar informado sobre tendencias generales de tu sector te permitirá entrar en conversaciones grupales sin sentirte fuera de lugar.
Si en la industria se está hablando de teletrabajo, transformación digital o sostenibilidad, es casi seguro que esos temas aparecerán en el evento. Y si ya has leído algo al respecto, tendrás ideas listas para compartir y debatir.

💡 Tip rápido: guarda en tu móvil 2 o 3 frases destacadas de lo que leíste. Antes de entrar al evento, repásalas rápidamente. Esto te dará confianza y te asegurará tener a mano puntos interesantes para abrir o enriquecer cualquier conversación.

Estrategias para convertir una lectura en tema de conversación

Cómo resumir una idea clave en 2–3 frases

En un evento, las conversaciones suelen ser rápidas, dinámicas y con poco tiempo para profundizar en exceso.
Por eso, en lugar de dar un resumen de cinco minutos sobre lo que leíste, lo más efectivo es destilar una idea en frases cortas y poderosas.

Algunos ejemplos:

  • “Acabo de leer un libro sobre liderazgo que dice que escuchar es más poderoso que hablar.”
  • “En un artículo reciente descubrí cómo la inteligencia artificial está cambiando la forma de hacer networking.”
  • “Leí una investigación sobre productividad que afirma que trabajar en bloques de 90 minutos es más efectivo que estar disponible todo el día.”

Con frases así, generas curiosidad y dejas espacio para que la otra persona te pregunte más si le interesa.
Recuerda: menos es más. Una idea clara y concreta abre la puerta a una conversación mucho más fluida que un discurso largo.

Preguntar en lugar de solo opinar

Compartir lo que leíste está bien, pero imponer tu visión puede sonar arrogante o aburrido.
La clave está en transformar la lectura en una pregunta abierta que invite a la otra persona a participar.

Ejemplo:

  • “Leí que la innovación en marketing depende más de la colaboración que de la tecnología. ¿Qué opinas tú?”
  • “Un libro que terminé decía que el futuro del trabajo será híbrido por defecto. ¿Cómo lo están manejando en tu empresa?”
  • “En un artículo reciente se hablaba del poder de la marca personal en LinkedIn. ¿Tú crees que realmente hace la diferencia?”

Cuando preguntas, generas diálogo en lugar de monólogo.
Y lo mejor: haces que la otra persona se sienta escuchada, lo cual aumenta la calidad de la conexión.

Conecta la lectura con la experiencia del interlocutor

Aquí está el verdadero secreto: no se trata solo de hablar de lo que leíste, sino de hacerlo relevante para la otra persona.
Si alguien comparte un desafío en su empresa, busca vincularlo con lo que aprendiste en tus lecturas.

Ejemplos:

  • “Eso me recuerda algo que leí sobre cómo las startups están enfrentando ese mismo problema con soluciones ágiles.”
  • “Justo ayer terminé un artículo que explicaba cómo las compañías de tu sector están resolviendo ese reto.”
  • “Tu experiencia conecta mucho con una historia que encontré en un libro de casos sobre innovación en pymes.”

Este enfoque convierte tu comentario en un aporte útil, no en un dato suelto.
La otra persona lo percibe como un gesto de interés y valor, y es más probable que te recuerde como alguien con quien vale la pena hablar de nuevo.

Ejemplos prácticos de conversaciones

Escenarios en conferencias corporativas

Imagina que estás en un auditorio rodeado de colegas y líderes de tu sector. El ambiente es formal, pero todos buscan aprender y, sobre todo, conectar. Aquí, una lectura reciente puede ayudarte a destacar con naturalidad.

Ejemplo:

  • “Leí que los equipos híbridos son más productivos si establecen rituales semanales. ¿Ustedes aplican algo así en su empresa?”

Este tipo de comentario tiene dos ventajas: por un lado, demuestra que estás informado; por otro, invita a tu interlocutor a compartir su experiencia personal o la de su organización.

También puedes adaptar el enfoque según el tema del evento:

  • Si la conferencia es de innovación: “Un libro que leí menciona que el 70% de las ideas disruptivas vienen de equipos diversos. ¿Ustedes han trabajado con grupos interdisciplinarios?”
  • Si es de liderazgo: “Un artículo señalaba que los líderes que practican la empatía retienen más talento. ¿Coincides con esa visión?”

Charlas en networking informal

Durante un cóctel, un coffee break o una pausa para el almuerzo, el tono es mucho más relajado. Aquí lo ideal es introducir tus lecturas de manera ligera, casi como un comentario casual.

Ejemplo:

  • “Acabo de terminar un libro sobre comunicación no verbal y ahora me fijo mucho en los gestos. ¿Crees que eso influya en los negocios?”

Este tipo de frase rompe el hielo y abre espacio para una conversación natural, sin sonar forzada.

Otros ejemplos útiles:

  • “Estaba leyendo un artículo sobre cómo la primera impresión se forma en menos de 7 segundos. ¿Alguna vez lo has notado en reuniones?”
  • “Me encontré con un estudio sobre productividad que decía que conversar de temas no laborales en los descansos aumenta la motivación. ¿Te pasa en tu oficina?”

La clave está en sonar curioso y genuino, no como si dieras una conferencia improvisada.

Presentaciones con potenciales clientes

Cuando tu objetivo es generar oportunidades de negocio, tus lecturas pueden ser una excelente carta de presentación. En este caso, no se trata de presumir lo que sabes, sino de aportar datos concretos que transmitan autoridad.

Ejemplo:

  • “Un informe que leí sobre tendencias del sector indica que las empresas que invierten en datos mejoran su rentabilidad un 30%. ¿Les interesa explorar ese camino?”

Aquí estás mostrando que tienes información valiosa y actualizada, algo que cualquier cliente potencial valora.

Otros ejemplos que funcionan muy bien:

  • “Leí un caso de éxito donde una pyme duplicó sus ventas aplicando esta estrategia. ¿Quieres que te cuente cómo lo hicieron?”
  • “Un libro sobre innovación empresarial señalaba que invertir en experiencia del cliente puede ser más rentable que en publicidad. ¿Cómo lo manejan en tu empresa?”

Este tipo de aportes posiciona tu voz como experta, pero siempre dejando espacio para que el cliente hable y se sienta protagonista de la conversación.

Errores comunes que debes evitar

Memorizar demasiado y sonar artificial

Uno de los errores más frecuentes es tratar de recordar palabra por palabra lo que leíste y repetirlo como si fuera un examen.
Cuando hablas de esa manera, tu discurso pierde frescura y puedes dar la impresión de que estás recitando en lugar de conversando.

La clave es interiorizar la idea y adaptarla a cada situación.
En lugar de decir:

  • “El libro afirma textualmente que el liderazgo transformacional se basa en la influencia idealizada, la motivación inspiracional, la estimulación intelectual y la consideración individualizada.”

Puedes simplificar y sonar más natural:

  • “Leí que un buen líder combina inspiración, innovación y cercanía con su equipo. ¿Cómo lo ves en tu empresa?”

💡 Tip: usa las lecturas como inspiración, no como un guion rígido.

Usar lecturas fuera de contexto

Otro error es mencionar lecturas que no tienen ninguna relación con el evento o con el perfil de las personas presentes.
Hablar de filosofía griega en un evento de tecnología o de recetas de cocina en un foro financiero puede sonar desconectado, incluso forzado.

Esto no significa que debas limitarte a un solo tema, pero sí que debes adaptar tu selección de lecturas al entorno.
Si asistes a un congreso de innovación digital, será más efectivo mencionar un estudio sobre inteligencia artificial que un ensayo sobre arte renacentista.

👉 Pregúntate siempre: “¿Este tema aporta algo a la persona con la que hablo o parece una digresión innecesaria?”.

Monopolizar la conversación

Un error clásico es convertir la charla en una mini-conferencia personal.
Cuando hablas demasiado de lo que leíste sin dejar espacio al otro, corres el riesgo de aburrir o de parecer egocéntrico.

Recuerda: el objetivo no es mostrar cuánto has leído, sino usar tus lecturas como un puente para conectar.
Una buena regla práctica es la técnica del 50/50: comparte una idea breve y luego haz una pregunta para que el otro también participe.

Ejemplo de error:

  • “Leí cinco libros sobre liderazgo el mes pasado y en todos se habla de cómo la empatía es fundamental…” (y sigues hablando sin parar).

Ejemplo corregido:

  • “Leí un libro que decía que la empatía es clave en el liderazgo. ¿Has visto eso reflejado en tu experiencia?”

De esa forma, conviertes una posible conferencia en una conversación genuina y equilibrada.

Conclusión y próximo paso

Tener conversaciones relevantes en eventos no es cuestión de suerte ni de talento innato.
Es una habilidad que cualquiera puede desarrollar con la preparación adecuada. Y en esa preparación, las lecturas se convierten en tu mejor aliado: son la materia prima que alimenta tus ideas y te brinda temas frescos para compartir.

Cuando eliges bien los libros o artículos que lees, los resumes en frases simples y los vinculas con la experiencia de tu interlocutor, das un salto de calidad enorme en tu manera de relacionarte. Pasas de ser alguien que busca conversación a ser alguien con quien todos quieren conversar.

Las lecturas no solo te ayudan a romper el hielo, sino también a proyectar una imagen de profesional curioso, actualizado y abierto al diálogo. En un entorno de networking, esa combinación te diferencia y abre puertas que de otro modo podrían quedar cerradas.

📌 Desafío práctico: antes de tu próximo evento, selecciona una lectura estratégica y anota 3 ideas clave que podrían servir como punto de partida para una conversación.
Después del evento, haz una autoevaluación:

  • ¿Lograste usarlas en alguna charla?
  • ¿Cómo reaccionaron las personas?
  • ¿Qué ajustes harías para la próxima ocasión?

Este ejercicio te permitirá mejorar de forma continua hasta que hablar con soltura se convierta en algo natural.

👉 No esperes a tu próximo gran evento para practicar. Empieza hoy mismo: abre un libro, elige una idea que resuene contigo y visualiza cómo la usarías en una conversación. Cuanto antes empieces, más preparado llegarás, y más auténticas serán las conexiones que construyas.

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